La Dra. Pikler demuestra, apoyada en las observaciones directas y longitudinales de casi un millar de sujetos, que el niño aprende a sentarse y a andar aunque no se le siente ni se le lleve de la mano.
El desarrollo motor se produce de modo espontáneo, mediante su actividad autónoma, en función de la maduración orgánica y nerviosa. Al sentirse libre, el pequeño se muestra activo, interesado, serio en su juego, agradable en sus relaciones y preciso en sus movimientos sin esforzarse demasiados al hacerlos. El libro, además de las estadísticas que presenta, ofrece ilustraciones rebosantes de vida y de movimiento.