Tras el luminoso y cálido verano, el año va digiriéndose lentamente hacia una época de calma. Los lirones, los erizos y los tejones se atiborran para conseguir una capa gruesa de grasa para el próximo invierno. Los ratones, los topos y otros animalitos guardan con cuidado las provisiones. Los árboles de deshojan con las tormentas de viento y las setas olorosas van poco a poco sacando la cabeza bajo las crujientes hojas.
Pipa y Pele disfrutan del tiempo revoltoso del otoño y aprovechan para salir a jugar mientras la naturaleza canta: cazan hojas como mariposas, hacen volar sus cometas de colores, recogen arándanos y setas, construyen un farolillo con una calabaza...