En esta obra Rudolf Steiner da como una memoria histórica de que el ánimo humano, que ha sido eliminado del conocimiento a consecuencia del sesgo intelectual que la civilización ha tomado en los últimos tres o cuatro siglos, hacia oír su voz también en materia de conocimiento y suscitaba imágenes grandes y portentosas que le ayudaban a esclarecer su posición y articulación en el suceder universal.