Este material permite desarrollar un pensamiento lógico-matemático al clasificar, agrupar y emparejar elementos a través de colores y/o formas. Para los más pequeños: El cuenco se puede utilizar como tapa, para hacer aparecer y desaparecer las bolas de su interior como el clásico juego de las “cucú”. También favorece conceptos como el de llenar, vaciar o deslizar y deslizar.
Fomentar y permitir el juego libre es fundamental para el buen desarrollo de los niños, es una actividad espontánea, placentera y no debe ser impuesta o dirigida. Desarrolla el pensamiento, hasta llegar a niveles más complejos y necesarios.